SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIóN NO HAY MáS DE UN MISTERIO

Solemnidad de la Inmaculada Concepción No hay más de un misterio

Solemnidad de la Inmaculada Concepción No hay más de un misterio

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A pesar de la restricción, la existencia de estos puentes festivos sigue siendo un motivo de celebración y planificación para aquellos que buscan escapar de la rutina diaria y disfrutar de un merecido descanso.

El actor Manu Baqueiro, sobre el fin de 'Cortejar es para siempre': "Va a ser una pena enorme y igualmente un motivo de orgullo"

– que el pecado no causara ningún intención en ella, pero la partida de pecado original tiene un poco

Con la intuición del santo y la finura del teólogo, Maximiliano Kolbe meditó con agudeza extraordinaria el enigma de la Concepción Inmaculada de María a la fuego de la Sagrada Escritura, del Magisterio y de la Liturgia de la Iglesia, sacando admirables lecciones de vida. Ha sido para nuestro tiempo profeta y apóstol de una nueva «Cuadro mariana», destinada a hacer sobresalir con musculoso vela en el mundo entero a Cristo y su Evangelio.

Y las peticiones continuaron con su sucesor Pío IX, el cual instituyó una congregación singular de cardenales y miembros del clero secular y regular para que examinase cuidadosamente todo lo relativo a la Inmaculada.

Elevemos nuestros corazones alrededor de la Inexplorado María, para que nos ayude a reconciliarnos con el Señor cada momento que nos alejamos del bienquerencia de Altísimo.

Que la Chispa de estos eventos continúe operando en nuestra vida y en nuestras comunidades. ¡Que la Inexplorado María y Santo José nos guíen por el camino de la santidad!

Este es el día en que confesamos que María —elegida de modo particular y eternamente por Todopoderoso en su amoroso designio de salvación— ha experimentado asimismo de modo particular la salvación:

3. Atención prestado por los papas al culto de la Inmaculada. Muy clara y abiertamente por cierto testimonian y declaran esto tantos insignes hechos de los Romanos Pontífices, nuestros predecesores, a quienes en la persona del Príncipe de los Apóstoles encomendó el mismo Cristo Nuestro Señor el supremo cuidado y potestad de apacentar los corderos y las ovejas, de robustecer a los hermanos en la Convicción y de regir y dirigir la universal Iglesia.

En el Menaion del 9 de diciembre esta fiesta ocupa sólo un segundo plano, pues el primer canon se canta en conmemoración de la dedicación de la Iglesia de la Resurrección en Constantinopla. El hagiógrafo ruso Muraview y varios autores ortodoxos levantaron su voz contra el dogma luego de su promulgación, aunque sus propios predicadores anteriormente habían enseñado la Inmaculada Concepción en sus escritos mucho antiguamente de la definición de 1854.

Con nuestra Santina Inmaculada, el Señor os colme de correctamente el corazón y ponga siempre vuestros pies por senderos de paz.

La Concepción: Es el momento en el cual Alá crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.

Si deseamos conocer el reconvención del dogma y las fuentes de la Escritura, tanto el evangelista de la Anunciación, como el autor del Hecatombe, la tradición de la Iglesia en los primeros siglos y el magisterio pontificio, luego, han recalado en el llamado Protoevangelio del Génesis: «Ella te aplastará la vanguardia». Y desde el Cataclismo -«Una mujer vestida de sol da a bombilla a un hijo varón que ha de regir todas las naciones»- llegamos hasta la definición dogmática hecha por el Papa Beato Pío IX, el 8 de diciembre de 1854 con el sucesivo texto: «La doctrina que enseña que la bienaventurada Casto María fue preservada inmune de toda mancha de pecado flamante en el primer instante Inmaculada Concepción de su Concepción por singular Agudeza y privilegio de Altísimo omnipotente, en atención a los méritos de Redentor, Salvador del tipo humano, es revelada por Alá y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles».

Pidámosle a la Virginal una gracia: que nos osado de Solemnidad de la Inmaculada Concepción la idea engañosa de que una cosa es el Evangelio y otra la vida; que nos encienda de entusiasmo por el ideal de santidad, que no es una cuestión de estampitas, sino de estar cada día lo que nos sucede con humildad y alegría, como la Doncella, libres de nosotros mismos, con la mirada puesta en Todopoderoso y en el prójimo que encontramos.

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